a esta etapa de mi vida la llamo...


Estamos de vuelta, todo vuelve, hasta uno mismo. 

Hoy escribo en silencio porque es como si escribiese por primera vez, con sed de volver a ser alguien que quedó en el ayer. 

Hoy me saludo por primera vez, me presento por decimoquinta vez y vuelvo con la misma ilusión y convicción que cuando volvía al instituto diciendo que ese año sería diferente. 

25 van a ser y sigo intentándolo después de cada verano, de cada asalto, de cada fallo. 

Antes era desesperante, ahora aprendí que ese es el único objetivo, volver tras cada año manchado a limpiar todo el daño y empezar de cero. 

No fue en vano, ninguna de las veces lo fue, ni siquiera esta y ahora estoy preparada para cuando acabe el año y comience un nuevo curso, 

estoy preparada para que se me desconfigure el router y tener que reiniciarlo, 

estoy preparada para no estarlo, 

estoy preparada para disfrutar de este tramo porque sé que no durará mil años. 

Lo efímero de la vida es lo que la hace bella, eso siempre lo he sabido, pero como tantas cosas que sé, nunca lo había sentido, sigo teniendo miedo a perder, a dejar ir, sigo siendo un signo de integración que jamás encontrará su respuesta, que ahora esta preparada y mañana no. 

Quizás crecer lo que te da es perspectiva, se repiten los patrones pero en vez de condenarme, los acepto como míos y camino sobre ellos hacia ninguna parte. 

No existen metas ni camino, 

nos han mentido, no existen objetivos ni éxitos, existes tú y ni siquiera eso es seguro. 

Ya no me preocupo de preocuparme, ya me cansé de intentar mandarme, ahora me dejé ser para encontrar algo nuevo, 

porque eso no cambia, 

quiero irme de esta vida probando todo lo nuevo que encuentre, todo aquello diferente que me aporte a ser nada más que un conjunto de ideas contradictorias, a ser nada más que experiencias variadas. 

Nada es constante aun que me gustaría que así fuera, 

avanzo un poco a ciegas decidiendo sin querer decidir, muriendo sin querer morir y viviendo sin querer vivir. 

Entendí la complejidad de una mente que no puede elegir un solo camino, ni sentir una sola emoción, 

me dejé sentir todo a la vez solo para probar algo diferente, 

me creo que avanzo mientras me machaco todos los días, me critico y me hundo en nombre del crecimiento, 

añoro cosas que ya no quiero, 

me cierro puertas que deseo, 

mis expectativas son altas, mi acciones bajas, mi ideas son vagas y no me centro en nada, 

me ilusiona la vida mientras la destruyo en temas, 

en noches de juerga cuando me pienso que mejor la valoro, no siento que tenga que valorarla, 

no siento que tenga que hacer nada y siento que tengo mil responsabilidades. 


A esta etapa de mi vida la llamo: hacerme amiga de la contradicción. 

(Te vuelvo a ver dentro de unos años mi fiel lectora, cuando ya hayas terminado otro curso y empieces de nuevo)

Comentarios